Como si no hubiésemos ido a ningún lado, muchas veces volvemos de las vacaciones para tirarnos de cabeza y a ciegas a la realidad paralela que es la rutina. Lo que nos faltaba, volver del verano relajadas, para estresarnos de nuevo. Aprender a equilibrar el descanso con la actividad es un reto, querida, pero será lo que nos proporcione el bienestar para trabajar con pasión y ganas.

 

Si lo piensan, es el colmo de todos los colmos: descansar para desconectar del mundanal ruido, para re-conectar con nosotras mismas, y volver, como si nada hubiese ocurrido, como si todo hubiese sido un sueño. El descanso es muy necesario tanto para las que estamos más activas, como para las que andan en búsqueda de empleo. Con él, volvemos renovadas. Pero volver renovadas no quiere decir que tengamos que explotarnos desde que volvemos a activarnos, ni que tengamos que ponernos un turbo, y menos aún, que tengamos que meter el modo automático. Hacer esto le quita todo el sentido a las vacaciones que nos hayamos dado, y es importantísimo entrar en la rutina de forma consciente, mindful, y equilibrada.

Quiero decir: ¿de qué nos sirve volver al modo automático del que después tenemos que sanarnos, si podemos volver al trabajo, o a la rutina, de manera que no aniquile el estado de relax que hemos adquirido?

 

¿Cómo puedo hacer la transición del verano a la rutina?

 

 

1. Incorpórate poco a poco y con paciencia

Una vez haya empezado la rutina, asegúrate que no te tiras al agua fría de golpe: ni tu cuerpo ni tu mente te lo van a agradecer. Seas tu propia jefa o no, la actitud que tomes en tu trabajo puede ser light, siempre y cuando te organizes tus tareas, las puedes ir haciendo poco a poco. A medida que avance tu primera semana puedes ir metiéndole más caña. En otras palabras, querida, durante la primera semana, no te exijas mucho. Recuerda: el cuerpo necesita por lo menos un par de días para coger carrerilla. Si te preparas antes de que empieces a trabajar, sabrás más o menos lo que tienes que hacer, y priorizarás lo más importante para ir realizándolo con paciencia.

La paciencia es clave en este proceso.  Además, si durante la primera semana nos marcamos pequeños objetivos y los realizamos, esto ya empezará a asentar los cimientos para lo que venga más adelante. Así, incluso disfrutamos más de nuestro trabajo, haciendo las cosas con consciencia y cuidado.

«Recuerda: el cuerpo necesita por lo menos un par de días para coger carrerilla.»

 

2. Llévate un hábito vacacional a tu rutina

De todas las cosas que te permites hacer durante las vacaciones, pero que normalmente te restringes en tus meses de rutina, ¿cuál te llevarías? Llévate algún hábito de relax, alguna sensación que hayas tenido de vacaciones, como souvenir, y este será tu amuleto.  De alguna forma, será un recordatorio de que para nosotras es necesario tanto el esfuerzo, como los placeres.

Gestiona tus placeres, querida. Nos empeñamos en gestionar nuestro tiempo,  y nuestras pasiones pasan a segundo plano. Una vez, al volver de un viaje largo, me propuse no abandonar la sensación de aventura, el maravillarme por todo, durante mi rutina. Fue un reto, la rutina siempre se esfuerza por convencernos de que es solo en modo automático como podemos funcionar y ser totalmente eficientes. Sí, querida!  También es posible una rutina en la que no perdamos nuestra capacidad de asombro, una rutina asombrosa en la que nos mantengamos flexibles, creativas, y nos guardemos unos ratitos a la semana para disfrutar de lo que nos gusta. Eres asombrosa querida,  y recordártelo incorporando tus momentos de placer en tu rutina es una forma de recordarte tu valía.

 

«También es posible una rutina en la que no perdamos nuestra capacidad de asombro, una rutina asombrosa en la que nos mantengamos flexibles, creativas, y nos guardemos unos ratitos a la semana para disfrutar de lo que nos gusta.»

 

3. Sé realista, sé asertiva

Si sabes que estás dando todo de ti en tu trabajo, sabes cuando decir que no para no sobrecargarte. Si le metemos más deberes a la agenda de los que podemos realizar, no solo nos quemaremos, querida, sino que no podremos disponer ni de tiempo ni de espacio para nuestro descanso o nuestro ocio. Gestiona tu tiempo asertivamente, di que no cuando no puedas, y di que sí a aquellos planes que te dan energía para seguir la semana pero que por auto-exigencia dejamos de lado.

Muchas veces, nos proponemos ser super-heroínas, decir que sí a todo para avanzar antes. En el fondo, sabemos bien que tenemos un límite, y que por mucha energía y ambición que tengamos luego, nos pasa factura. Ahora que has vuelto de las vacaciones, re-calíbrate para decir que sí a lo que sí puedes, y no a lo que no. Esto te dará grandes dosis de equilibrio, y te será más fácil llevar tu agenda.  Ahora que te has dado tiempo para ti durante las vacaciones, no olvides re-conectar con esta sensación de plenitud durante la rutina, y toma esta sensación como termómetro que mida tu bienestar.

 

 

vuelta a la rutina El verano pasado, Minerva, la fundadora de Asombrosa también nos habló de lo mismo, es un tema que se repite cada verano y que merece la pena recordar cómo hacer lo posible para que el aterrizaje emocional sea suave y sutil. Puedes ver el video aquí o haciendo click en la siguiente imagen:

priorizar y ser asertiva

 

 

masterclassLos tiempos de disfrute te dan la dosis de claridad para darnos cuenta de cuando nos estamos gestionando bien, y cuando no tanto. Ánimo querida, este nuevo año de trabajo lo tenemos en bandeja y cada año es una nueva oportunidad para gestionar tanto nuestro tiempo, como nuestro bienestar.